lunes, 8 de junio de 2009

Theodor Adorno... interesantirigillo

Theodor Wiesengrund Adorno (11 de septiembre de 1903, Fráncfort, (Alemania) - 6 de agosto de 1969, Viège, Suiza), fue un filósofoalemán que también escribió sobre sociología, psicología y musicología. Se le considera uno de los máximos representantes de la conocida como Escuela de Frankfurt y de la teoría crítica de inspiración marxista.

Biografía

Adorno nació en una familia burguesa acomodada de Fráncfort (Frankfurt am Main, estado de Hesse). Su padre, Oscar Alexander Wiesengrund, era comerciante de vinos y su madre, Maria Calvelli-Adorno, era soprano lírica. Esta última y su hermana Agatha (quien era una pianista con talento) se hicieron cargo de la formación musical de Adorno durante su infancia.

Estudios

Asistió al Kaiser Wilhelm Gymnasium, donde destacó como excelente estudiante. Durante su juventud conoció a Sigfried Kracauer, con quien mantuvo una estrecha amistad, a pesar de que éste era catorce años mayor. Juntos leyeron la Crítica de la razón pura de Kant, experiencia que marcó a Adorno en su formación intelectual.

Hacia 1920 compuso sus primeras obras musicales. Se trata de música de cámara vanguardista, atonal. Después de graduarse con méritos en el Gymnasium, Adorno entró a laUniversidad Johann Wolfgang Goethe de Fráncfort del Meno, donde estudió filosofía, sociología, psicología y música. En 1924 obtuvo su título con una disertación sobre Edmund Husserl. Entre tanto, escribió varios ensayos de crítica musical. Por un tiempo, el joven Adorno consideró la posibilidad de dedicarse a la música como compositor y crítico. En 1925 viajó a Viena, donde estudió composición con Alban Berg, y frecuentó a los otros dos importantes compositores de la Segunda Escuela de Viena: Anton Webern y Arnold Schönberg. Las teorías de este último sobre la tonalidad libre fueron fundamentales para la formulación de la idea de Adorno de la Nueva Música, que desarrolló en muchos de sus ensayos. En los ensayos sobre música, Adorno ligaba la forma musical con complejos conceptos filosóficos, lo que los hacía muy exigentes en términos intelectuales. Las implicaciones conceptuales de la nueva música no eran compartidas por los protagonistas de la Escuela de Viena, razón por la cual Adorno decidió regresar a Fráncfort y abandonar su carrera musical.

En Viena, Adorno también conoció a otros intelectuales cuyos intereses no estaban necesariamente ligados a los círculos musicales. Asistió a las charlas de Karl Kraus, el famoso satirista vienés, y conoció a Georg Lukács, cuya Teoría de la novela había impactado a Adorno en la universidad. De vuelta en Fráncfort, trabajó en su tesis doctoral bajo la dirección deHans Cornelius. Finalmente, en 1931 obtuvo su venia legendi (el diploma que lo acreditaba como profesor) con su trabajo Kierkegaard: Konstruktion des Ästhetischen'.

Exilio [editar]

En 1933 se incorporó al Institut für Sozialforschung (Instituto para la Investigación Social), adscrito a la Universidad de Frankfurt, de inspiración marxista, aunque pronto el régimen nacionalsocialista le retiró su venia legendi y tuvo que abandonar el país, huyendo del nazismo. Tras unos años en Oxford, en 1938 se decide a cruzar el Atlántico para instalarse en Nueva York, donde tenía su sede el Instituto de Investigación social en el exilio. En 1941 se traslada a California para continuar trabajando en colaboración con otro miembro del Instituto, Max Horkheimer. Dialéctica de la ilustración. Fragmentos filosóficos (1944-1947), será uno de los múltiples resultados de esta colaboración.

Regreso

Max Horkheimer (a la izquierda al frente), Theodor Adorno (a la derecha), y Jürgen Habermas (al fondo a la derecha) en1965 en Heidelberg

A finales de 1949 vuelve a Frankfurt y, con Max Horkheimer, inicia la reconstrucción del Institut für Sozialforschung. La última década de su vida, la de 1960, la dedica a la dirección del Instituto, a sus lecciones en la Universidad de Frankfurt, a la publicación de sus obras de mayor extensión y a una intensa, aunque no siempre tenida en cuenta, relación con los artistas más vanguardistas del momento, en literatura (Samuel Beckett), en música (John Cage), en cine (su presencia, aunque no física, enLa notte de Antonioni). Teoría estética es el libro en que trabajaba cuando murió. Había realizado ya dos versiones e iba a realizar la última revisión del texto.

Dialéctica de la ilustración [editar]

Fue escrita juntamente con Max Horkheimer durante el exilio en Los Angeles (EE.UU.) a lo largo de 1944. La primera publicación tuvo lugar en 1947 en una pequeña editorial de Amsterdam, Querido Verlag. Hasta 1968 no apareció una reedición alemana que hiciera asequible una obra que había ganado fama y era objeto de discusión y debates. El objetivo teórico de la obra queda reflejado en el Prólogo: "Lo que nos habíamos propuesto era nada menos que comprender por qué la humanidad, en lugar de entrar en un estado verdaderamente humano, se hunde en un nuevo género de barbarie" (pág. 51). Para responder a la cuestión, en el primer capítulo de la obra (titulado Concepto de ilustración) realizan un análisis del concepto de razón tal como se ha fraguado y convertido en hegemónico en la civilización occidental, llegando a la conclusión de que en él participan por igual las ideas de "liberación" y de "dominación".

Dialéctica Negativa

Dialéctica negativa (Negative Dialektik) fue publicada en 1966 por la editorial Suhrkamp de Frankfurt. En la primera frase de la obra queda clara su relación filosófica con la historia de la filosofía: "La formulación Dialéctica Negativa es un atentado contra la tradición" (Prólogo). Pretende proseguir el tipo de filosofía inaugurado por Hegel en una situación diferente: el movimiento dialéctico del pensamiento no termina en una síntesis superior de los opuestos, sino que deja las contradicciones con toda su crudeza como muestra de las contradicciones reales existentes en la realidad.

Indisolubilidad del “Algo”. La filosofía de Adorno toma el camino del análisis de la razón. Para el filósofo alemán esta es una cuestión importante que tiene que plantearse la filosofía en su reflexión. Si bien la ontología occidental es tendente a concebir la totalidad, a pensarla, Adorno expone que todo pensar, incluido el ser, tiene que estar basado en alguna cosa, en “algo”. Esto es importante ya que no podemos eliminar el pensamiento abstracto que se crea a partir de algo y que es totalmente diferente a la realidad, esto es, producimos abstracción. De un objeto en el pensamiento podemos suponer todo un corpus abstracto que parte desde el mismo objeto y lo hace infinito en el pensamiento. En esta línea critica al Idealismo desdeFichte, por “creer que el proceso de la abstracción libera de aquello de lo que abstrae, y es que, aunque lo elimine del pensamiento, lo destierra de su país natal, no lo aniquila en sí mismo” . El pensamiento no puede de ninguna de las maneras separarse de lo pensado, y esto, en muchos casos entra en contradicción con el mundo, siendo la dialéctica la forma de comprender esa contradicción. El punto de partida de la dialéctica reside precisamente en aquella crítica que hacemos de la propia razón cuando nos sobrevienen las contradicciones.

Contribución al reestablecimiento intelectual alemán después de la Segunda Guerra Mundial

En 1949 regresó a Alemania con su colega Max Horkheimer. En ese año asumió el cargo de director del Instituto para la Investigación Social, que reconstruyó con Horkheimer. Revivieron la Escuela de Frankfurt de la Teoría crítica. Su filosofía continuó en la línea de un análisis del racionalismo como instrumento a la vez de libertad y de dominio, y de una crítica de la sociedad capitalista como restricción de las formas de pensamiento y acción. A este período corresponden su Dialéctica negativa (1966) y su obra póstuma Teoría estética (1970).

Últimos Años

En los años 1960, Adorno fue a la vez inspirador y crítico de los movimientos juveniles de protesta, los que muchas veces abrevaron de su particular visión del marxismo y del rechazo a la razón como fin último. Cuando tras los sucesos de 1968 Adorno criticó el "accionismo" (el privilegio de la acción de protesta por sobre la argumentación crítica), fue objeto de distintas protestas estudiantiles, incluyendo la toma de su aula. Durante el verano de 1969 Adorno decidió tomarse unas vacaciones haciendo alpinismo en Suiza, donde padeció ataques dearritmia y palpitaciones. Ignorando el consejo de sus médicos, partió a una excursión de la que no se recuperó, y falleció a los pocos días, el 6 de agosto.

Obras

Entre sus contribuciones más destacadas a la filosofía, puede señalarse la ya mencionada Dialéctica de la Ilustración, en colaboración con Horkheimer, obra cuyo núcleo fundamental es la crítica al proyecto ilustrado concebido como dominio de la naturaleza. De acuerdo con dicha tesis, los excesos de la razón dominadora han acabado dado una prioridad absoluta a la razón instrumental, es decir, a una razón que se aplica a los medios (la tecnología, el entramado industrial, la sociedad administrada -verwaltete Welt-, etc), pero que ha perdido completamente de vista los fines esenciales que ha de perseguir el ser humano y a los cuales debería estar subordinada la tan ensalzada razón.

Otra de las obras fundamentales de Adorno es Dialéctica negativa, que puede considerarse el buque insignia de todo su proyecto filosófico. Lo que él propone como dialéctica negativa es una forma de dialéctica que trata de salirse del esquema hegeliano clásico, el esquema de diálogo entre opuestos que acaba en una síntesis reconciliadora, para hacer hincapié en aquellos aspectos negativos, en los flecos sueltos de la historia, en lo que no tiene nombre, en el desfavorecido... Con ello ya no estamos ante una dialéctica tradicional y hasta cierto punto neutra, sino que se apunta claramente hacia un lado determinado de la balanza; sobre todo, pretende desmarcarse de los planteamientos cerrados de la tesis y su antítesis, con lo cual, muy en la vía ya marcada por su colega Walter Benjamin se apela a un cierto nivel de trascendencia, que se sitúa en el margen de la cadena lógica de la dialéctica tradicionalmente considerada.

como venia prometiendo... les dejo con el amigo Michel Foucault... leanlo no sean araganes ja...

Michel Foucault (Poitiers, 15 de octubre de 1926 – París, 25 de junio de 1984), fue un filósofo, sociólogo e historiador francés, profesor en varias universidades francesas y americanas y de la cátedra Historia de los sistemas de pensamiento en el Collège de France (1970-1984). Su trabajo ha influido en importantes personalidades de las ciencias sociales y las humanidades

Vida

Paul-Michel Foucault era hijo de Paul Foucault, un cirujano que esperaba que su hijo siguiera sus pasos. Foucault eliminó 'Paul' de su nombre. Ingresó en el colegio jesuita Saint-Stanislaus, en donde destacó. Durante este periodo, Poitiers era parte de la Francia de Vichy y sería ocupada por Alemania. Después de la guerra, Foucault ingresó en la Escuela Normal Superior de París, principal entrada a una carrera académica en Francia. Allí sufrió agudas depresiones e incluso intentó suicidarse. Fue llevado a un psiquiatra, y además de su licenciatura en filosofía, también obtuvo una en psicología, de reciente creación en Francia. Se involucró en el brazo clínico de la disciplina y se centró al inicio en Ludwig Binswanger.

Foucault pasó su agrégation en 1950. Como muchos normaliens, Foucault fue miembro del Partido Comunista Francés de 1950 a 1953. Su mentor Louis Althusser lo indujo a ingresar en él, si bien nunca participó activamente, y se dio de baja al conocer lo que pasaba bajo Stalin. Tras un breve período en la École Normale, enseñó psicología de 1953 a 1954 en la Universidad de Lille. En 1954 publicó su primer libro,Maladie mentale et personnalité. Pronto eligió salir de Francia: en 1954 fue delegado cultural en la Universidad de Uppsala, en Suecia. En1958 ocupó puestos en Varsovia y la Universidad de Hamburgo. Regresó a Francia en 1960 para terminar su doctorado y asumir un puesto en la Universidad de Clermont-Ferrand. Ahí conoció a Daniel Defert, con quien vivió de por vida. En 1961 obtuvo su doctorado mediante dos tesis. La 'principal' era Folie et déraison: Histoire de la folie à l'âge classique y la 'secundaria' consistía en la traducción y comentarios deAntropología desde un punto de vista pragmático de Kant. Folie et déraison fue muy bien recibida. En 1963 publicó Naissance de la Clinique , escribió un ensayo sobre Raymond Roussely volvió a publicar su libro de 1954 (titulándolo Maladie mentale et psychologie). Cuando Defert fue enviado a Túnez para su servicio militar, Foucault consiguió un puesto en la Universidad de Túnez en 1965. En 1966 publicó Les Mots et les choses. Este libro marcó su interés por el estructuralismo, y por ello fue vinculado provisionalmente a Jacques Lacan, Claude Lévi-Strauss y Roland Barthes.

Todavía estaba en Túnez cuando estallaron las revueltas del Mayo francés. En el otoño del mismo 1968 regresó a Francia y publicó L'archéologie du savoir —en respuesta a sus críticos— en 1969. Tras los eventos de mayo, el gobierno creó una nueva universidad experimental en Vincennes. Foucault encabeza su departamento de filosofía en diciembre de 1968, y reclutó a jóvenes univesitarios izquierdistas. El radicalismo de uno de ellos (Judith Miller), provocó que el ministerio retirara la acreditación al departamento. En 1970 fue elegido en el prestigioso Collège de France, para ocupar la cátedra Historia de los sistemas de pensamiento. Se involucró aún en la política, sobre todo a raíz de que su pareja, Defert, se había unido al grupo ultra-maoísta Gauche Proletarienne, con el que Foucault tuvo una relación distante. Pero ayudó a fundar el "Groupe d'Information sur les Prisons" (GIP) para ayudar a los prisioneros a hacer públicos sus reclamaciones. Ello le conduce a pensar su obra Surveiller et Punir, que narra las micro-estructuras de poder formadas en las sociedades industrializadas a partir del siglo XVIII, especialmente en las prisiones y las escuelas.

En 1977, cuando una Comisión del Parlamento francés discutía una reforma del Código Penal Francés, firmó junto a Jacques Derrida y Louis Althusser, entre otros, pidiendo la anulación de algunos de los artículos de la ley para despenalizar todas las relaciones consentidas entre los adultos y los mayores de quince años (la edad de consentimiento en Francia). Creía que el sistema penal sustituía el castigo de los actos criminales por la creación de la figura de un individuo peligroso para la sociedad (sin tener en cuenta el verdadero crimen), y predijo que vendría una sociedad de peligros, en la cual la sexualidad sería una especie de peligro errante, un “fantasma”.

A finales de los setenta, el activismo político en Francia decayó. Muchos de los maoistas mudaron de ideología; los llamados Nuevos Filósofos, muy conservadores, citaban a Foucault como su principal mentor, pese a no parecerse nada a él. En esta época, inició su obra monumental sobre La historia de la sexualidad, que nunca terminaría. Su primer volumen, La voluntad de saber, fue publicado en 1976. El segundo volumen, así como el tercero, aparecieron ocho años después, y sorprendieron a sus lectores por su estilo relativamente tradicional, su tema de estudio (textos clásicos griegos y latinos) y particularmente su concentración en el sujeto, un concepto que había tendido a denigrar previamente. Foucault muere en París, enfermo de SIDA en 1984.

Algunas ideas

Desde Historia de la locura en la época clásica hasta sus libros de la inconclusa La Historia de la Sexualidad se ubican dentro de una filosofía del conocimiento que sitúa en los talleres de la historia. Sus teorías sobre el saber, el poder y el sujeto rompieron con las concepciones modernas de estos términos, por lo que es considerado un postmodernista. Aunque a Foucault no le interesaba la etiqueta, argumentando que prefería discutir la definición de 'modernidad'. Pero se le considera como tal debido a que, aunque compartía con el estructuralismo algunas líneas de pensamiento, careció siempre de la pretensión de cientificidad característica de esta corriente, recalcando el abismo que se abre entre las palabras y las cosas. Además de estos libros, se han publicado transcripciones de algunos de sus cursos dictados en el Collège de France y numerosas entrevistas.

Foucault estudia hondamente el poder, rompiendo con las concepciones clásicas de este término. Para él, el poder no puede ser localizado en una institución, o en el Estado, está determinado por el juego de saberes que respaldan la dominación de unos individuos sobre otros al interior de estas estructuras. El poder no es considerado como algo que el individuo cede al soberano (concepción contractual jurídico-política), sino que es una relación de fuerzas, una situación estratégica en una sociedad determinada. Por lo tanto, el poder, al ser relación, está en todas partes, el sujeto está atravesado por relaciones de poder, no puede ser considerado independientemente de ellas. El poder, según dice, no sólo reprime, sino que también, produce efectos de verdad y produce saber.

Destaca el surgimiento de un biopoder que absorbe el antiguo derecho de vida y muerte que el soberano detentaba y que pretende convertir la vida en objeto administrable por parte del poder. En este sentido, la vida regulada debe ser protegida, diversificada y expandida. Su reverso, y en cierto sentido su efecto, es que para tales efectos es necesario justamente contar con la muerte, ya sea en la forma de la pena capital, la represión política, la eugenesia, el genocidio, etc, como una posibilidad que se ejerce sobre la vida por parte del poder que se fundamenta en su cuidado. Distingue dos técnicas de biopoder que surgen en los siglos XVII y XVIII. Esta anatomopolítica se caracteriza por ser una tecnología individualizante del poder, basada en el escrutar en los individuos, sus comportamientos y su cuerpo con el fin de anatomizarlos, es decir, producir cuerpos dóciles y fragmentados. Está basada en la disciplina como instrumento de control del cuerpo social penetrando en él hasta llegar hasta sus átomos; los individuos particulares. Vigilancia, control, intensificación del rendimiento, multiplicación de capacidades, emplazamiento, utilidad, etc. Todas estas categorías aplicadas al individuo concreto constituyen una disciplina nueva.

Tiene como objeto a poblaciones humanas, grupos de seres vivos regidos por procesos y leyes biológicas. Esta entidad biológica posee tasas conmensurables de natalidad, mortalidad, morbilidad, movilidad en los territorios, etc, que pueden usarse para controlarla en la dirección que se desee. De este modo, según la perspectiva foucaultiana, el poder se torna materialista y menos jurídico, ya que ahora debe tratar respectivamente, a través de las técnicas señaladas, con el cuerpo y la vida, el individuo y la especie.

Desarrolló una teoría del discurso, que utilizó para problematizar instituciones como hospitales, manicomios, prisiones y escuelas. Su análisis no se centra únicamente en el aparato coercitivo y en su funcionamiento, sino en los discursos, es decir, el lenguaje de las disciplinas que definen qué es un ser humano. Se trata de los lenguajes de la burocracia, de la administración, de la medicina o del psicoanálisis; en definitiva, los lenguajes del poder —los cuales no son descriptivos sino normativos, puesto que definen y disponen— tienen el poder de excluir al individuo del cielo de la sociedad y de determinar las condiciones de su admisión en ella: capacidad jurídica, conciencia moral, formación, o disciplina. Su postura respecto a los enunciados es radical. No sólo elimina cuestiones sobre verdad, sino inclusive cuestiones de significado. En lugar de buscar el origen del significado en algún sujeto trascendental o en relación con las prácticas aceptadas, Foucault niega que el significado tenga importancia alguna en su trabajo. Su estrategia es describir en detalle cómo surgen las afirmaciones de verdad, qué fue lo que de hecho se dijo y escribió, y cómo esto encaja en la formación de los discursos. Quiere evitar toda interpretación y alejarse de los objetivos de la hermenéutica. Esta postura permite que Foucault se aleje del punto de vista antropológico y se enfoque en el papel de las prácticas discursivas. Renunciar al significado pareciera acercar a Foucault al estructuralismo. Sin embargo, él se rehúsa a examinar a las oraciones fuera de su papel en la formación discursiva y también se rehúsa a examinar posibles oraciones que podrían surgir de tal formación. De aquí surge su identidad como historiador, pues sólo le interesa describir oraciones que, de hecho, ocurrieron en la Historia. Todo el sistema y sus reglas discursivas determinan la identidad de la oración; por lo tanto, no tiene sentido distinguir las oraciones posibles de las ocurridas. Sólo las oraciones que de hecho ocurren son las que pueden ocurrir en un sistema discursivo. Así que uno debe meramente describir sistemas específicos que determinan qué tipos de oraciones pueden surgir.

Obras

La Historia de la locura en la época clásica fue determinante en su trayectoria, por la elección de su objeto (la sinrazón), por el lenguaje empleado (Bataille y Blanchot como fondo), por las referencias literarias (de Diderot a Artaud), por su engranaje con el giro cartesiano (Descartes fue siempre la frontera nueva del pensamiento, según señaló hasta su muerte), por tratar el problema de la normalización desde el siglo XVII y XVIII, que es el prólogo a lo que sucederá en la época contemporánea según irá exponiendo el resto de su obra hasta 1976. Como sucede con los clásicos, la bibliografía y los casos sobre los que trabajó están siendo revisados hoy, sobre todo a la luz de la publicación en curso de sus Seminarios.

El nacimiento de la clínica, de 1963, fue su segundo trabajo importante. Foucault rastrea el desarrollo de la medicina, específicamente la institución de la clínica. El tema central es el de la observación o mirada atenta, hasta la consigna de abrir cadáveres, promovida en los años de las turbulencias revolucionarias.

Las palabras y las cosas, de 1966, empieza con una discusión de Las Meninas de Diego Velázquez, y su complejo juego de miradas, ocultamientos y apariciones. De ahí desarrolla su argumento central: que todos los periodos de la historia poseen ciertas condiciones fundamentales de verdad que consituyen lo que es aceptable o no, como, por ejemplo, el discurso científico. Y argumenta que estas condiciones de discurso cambian a través del tiempo, mediante cambios relativamente repentinos, de una episteme a otra, según el término que introduce. Es una profunda reflexión sobre el ser hablado, y la posibilidad humana de conocimiento. Es una obra capital, dentro de su labor intelectual, y puso al autor en el primer plano de la historia del pensamiento.

La arqueología del saber, de 1969, representa su principal aventura en metodología. Lo escribió para lidiar con la percepción que se tenía de Las palabras y las cosas. Hace referencia a la filosofía analítica angloamericana, en particular a la teoría del acto discursivo. Dirige su análisis hacía la oración, la unidad básica del discurso que considera ignorada hasta ese momento. Las oraciones dependen de las condiciones en las que emergen y existen dentro del campo del discurso. No son proposiciones, ni declaraciones ni actos discursivos. En su análisis, considera los actos discursivos serios en cuanto a su análisis literal, en lugar de buscar algún significado más profundo. Es importante notar que de ninguna manera está tratando de desplazar o invalidar otras formas de analizar el discurso.

Vigilar y castigar, de 1975, empieza con una descripción muy gráfica de la ejecución pública del regicida Damiens en 1757. Contra ésta, Foucault expone una prisión gris, 80 años después y busca entender cómo pudo ocurrir tal cambio en la forma de castigar a los convictos en un período tan corto. Estas dos formas de castigo tan contrastantes son dos ejemplos de lo que llama "tecnologías de castigo". La primera, la tecnología de castigo 'monárquica', consiste en la represión de la población mediante ejecuciones públicas y tortura. La segunda, el "castigo disciplinario", según dice, es la forma de castigo practicada hoy día; este castigo le da a los "profesionales" (psicólogos, facilitadores, guardias, etc.) poder sobre el prisionero: la duración de la estancia depende de la opinión de los profesionales.

Foucault compara la sociedad moderna con el diseño de prisiones llamadas panópticos de Bentham (nunca construidas pero tomadas en cuenta): allí, un solo guardia puede vigilar a muchos prisioneros mientras el guardia no puede ser visto. El oscuro calabozo de la pre-modernidad ha sido reemplazado por la moderna prisión brillante, pero Foucault advierte que "la visibilidad es una trampa". A través de esta óptica de vigilancia, dice, la sociedad moderna ejercita sus sistemas de control de poder y conocimiento (términos que considera tan íntimamente ligados que con frecuencia habla del concepto "poder-conocimiento"). Foucault sugiere que en todos los planos de la sociedad moderna existe un tipo de 'prisión continua', desde las cárceles de máxima seguridad, trabajadores sociales, la policía, los maestros, hasta nuestro trabajo diario y vida cotidiana. Todo está conectado mediante la vigilancia (deliberada o no) de unos seres humanos por otros, en busca de una 'normalización' generalizada.

Hasta su muerte se publicaron tres volúmenes de la Historia de la sexualidad. El primero, La voluntad de saber, de 1976, se sitúa en los dos siglos XVIII y XIX; trata del funcionamiento de la sexualidad en relación con la emergencia del bio-poder, el "control total sobre los cuerpos vivos", es decir, todas las políticas económicas, geográficas y demográficas que establece el poder para el control social. El poder se encuentra difuso, fragmentado, deslocalizado, es ubicuo, e impregna todas las relaciones sociales. Ataca las "hipótesis represivas", la creencia común de que hemos "reprimido" nuestros impulsos sexuales desde el siglo XIX. Y propone una visión de la sexualidad como "promovido" a través de la construcción discursiva del sexo. Sin embargo, ésta supuesta libertad sexual se enfrenta continuamente al "control sobre los cuerpos vivos", y el derecho de espada, la muerte, típica de sociedades disciplinarias, ha cedido el paso a la "interiorización de la norma", mecanismos más acordes con las sociedades de control en las que vivimos. Por tanto, el autor concibe el discurso sexual y la libertad sexual "lograda" en las últimas décadas (o sencillamente deseada por aquellos que defienden la libertad) como un dispositivo falso, que pretende distraer de lo que debe ser verdaderamente objeto de lucha en nuestra sociedad: el control sobre nuestros propios cuerpos, sobre nuestros deseos y pasiones. El uso de los placeres y La inquietud de sí (1984), en cambio, tratan sobre el uso del cuerpo y su moral ascética en la Antigüedad griega y romana. Un cuarto volumen, que abordaba ya la era cristiana, estaba concluido desde antes, pero como no se adecuaba al lenguaje de los anteriores, no permitió publicarlo.