domingo, 7 de junio de 2009

John Berger

Seguramente hemos leído miles de noticias sobre Palestina, hemos contemplado cientos de imágenes del conflicto de Irak en los noticieros; hemos accedido a comentarios, declaraciones y denuncias sobre la situación de los inmigrantes del tercer mundo en el primero. La sobreinformación es uno de las consecuencias de los avances técnicos del mundo de hoy y condiciona los efectos de la lectura de la realidad. Puede tender a homogeneizar los conflictos, a convertirlos en espectáculo, a alejarlos del análisis.

Hay muchas maneras de leer a John Berger como suele suceder con todos los buenos escritores. Pero una de ellas es buscar en sus textos –entrevistas, novelas, imágenes- reflexiones, definiciones, planteos ciertos y sensatos de los grandes temas de fines del siglo XX y principios del XXI: la caída del comunismo, el sida, la brecha norte sur, el problema de medio oriente.

No es fácil encontrar estas reflexiones en un par de frases o sentencias aisladas. Es todo un texto, un hilo narrativo, un personaje, la relación entre personajes, los sentimientos expresados en las imágenes y la retórica los que nos permiten pensar esas temáticas.

Por ejemplo en la novela Hacia la boda, el sida y la identidad europea son el trasfondo de una de las más bellas historias de amor jamás contadas; en Lila y Flag el lector puede encontrar -como intertexto y con mucha sutileza- el discurso socialista que en los 90 pareció en retirada también en medio de la historia de una pareja de enamorados.

Todo esto en medio de una lectura que da placer, en medio de frases que representan casi como imágenes personas y lugares –Berger es también pintor- y sobre todo transmiten sentimientos: desesperación, enojo, esperanza o felicidad.

Así señala este autor en una entrevista reproducida en Página 12

–Escribir y pintar no son cosas tan diferentes. Sus libros están llenos de pintura. 
–No creo que la pintura esté tan presente en mi escritura. Lo que sí está presente es lo visible, y lo visible es también el tema de la pintura. Lo visible es esa flor, la luz que le acaricia la oreja; se trata de algo esencial en mi escritura. Cuando comienzas a descubrir lo visible con tus ojos y con tu imaginación, que es, por cierto, lo que haces al dibujar, sobre todo si se trata de algo natural, como el ser humano, la geología, una flor, una colina, un paisaje, un animal, cuando empiezas a mirar esas cosas te haces consciente del orden increíble y de la complejidad que encierran. No sólo su apariencia, sino también su estructura te llevan a pensar que han sido creados. Y por tanto, hay una conexión entre la creación con “C” mayúscula y el modesto acto de crear. Creo que ésta es la razón principal por la que lo visible es tan importante en mi escritura. Y es también el motivo por el que al escribir una historia la concibo como si fuera un objeto, como una piña, como un iris, como un pájaro. Concibo mis historias como objetos visibles.

Tal vez por su obra prolífica o tal vez por ser objeto de lectores fanáticos la web está llena de palabras de Berger incluso en español. Grandes editoriales, revistas y periódicos consagrados, pero tambien blogs alternativos y especializados en literatura o política se refieren a él.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario